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Cuando una persona mayor tiene una caída repentina, es posible que levantarse por sus propios medios sea imposible e incluso haya sufrido lesiones graves. En una situación así los sistemas de llamada de emergencia pueden resultar decisivos. Ayudan a los ancianos y a las personas necesitadas en su vida diaria, advierten de peligros y envían notificaciones a los familiares o a los servicios de urgencias en caso de emergencia. Las cajas de OKW realizan a este respecto una contribución vital, pues se pueden llevar puestas o pueden estar fijadas a la pared o sobre una estación base en la mesa.

KAY HIRMER
Head of Marketing at OKW Gehäusesysteme

Punto de partida

Muchos ancianos que viven solos tienen simplemente miedo de qué pasaría si se caen y nadie se entera. Puede ocurrirles en cualquier momento. Conforme se va envejeciendo, se van perdiendo las facultades visuales y auditivas. La fuerza muscular, la coordinación y la velocidad de reacción disminuyen y a menudo las enfermedades crónicas dificultan la vida de muchas personas mayores. Sin embargo, los sistemas de llamada de emergencia y asistencia proporcionan a los ancianos la seguridad necesaria para enfrentarse al día a día y a sus familiares cierta tranquilidad aunque no vivan cerca. Tanto en los sistemas de emergencia domésticos como móviles, los ancianos llevan consigo un transmisor. En caso de que les pasase algo, tendrían que pulsar el botón de dicho transmisor. Esto activaría una alarma en una central de emergencias que de inmediato se pondría en contacto con la persona afectada. Si no fuese posible o se diese una situación de emergencia, los empleados del servicio de llamadas de auxilio informarían a los familiares, al médico de cabecera o a los servicios de urgencia según la necesidad.